15.2.10

Manuel y el respeto hacia las autoridades

Manuel, transpirado, sufriendo el verano en la fila de un banco, creyó que nunca iba a cruzarse con una chilena. Es más, en el preciso instante que se dió vuelta para poner cara de "estoesdemasiadoparaundiacomohoy", creyó estar soñando.

Pero no, una chilena estaba detrás de él.

Lo que Manuel luego se dió cuenta, y tras lo cual lanzó un sonoro JA!, es que no era una chilena, sino dos las que estaban detrás suyo. Dos auténticas trasandinas oriundas de lo mas profundo de Antofagasta. De esos barrios que por fuera parecen grises, tristes, pero que por dentro se visten de carnaval. Vecinas, si.

Parece que continuaban una charla que habian dejado pendiente hacía 25 o 30 años. Porque aparentemente Víctor, el mecánico, al fin había dejado la casa de sus padres para irse con su polola a probar suerte a Mendoza. Porque, además, Ramona, la esposa del doctor, había fallecido a pesar del intento de su marido por salvar su corazón maltrecho.

En un momento, un policía que estaba intentando ordenar la fila (sin éxito aparente), comenzó a discutir con un tipo robusto, vestido de traje y con un malhumor extravagante; ésto último llevó la discusión a niveles insospechados, cerca de la trompada certera. Acudieron varios efectivos ante el llamado del handy, quienes en su afán de calmar los ánimos, llevaron al hombre a un asiento y le hablaron con una mano en el hombro. El tipo se disculpó, los policías asintieron y todo volvió a la normalidad.

Manuel, siguió la acción atentamente, igual que las dos señoras que hablaban detrás de él. "¡Qué bárbaro! Al final, este país es una fiesta. ¡Allá ni en Santiago se le habla a un oficial de esa manera!", "Un irrespetuoso, un maleducado como todos, bah... Sabe, la otra vez en el supermercado mientras estaba esperando que me cobren pasó lo mismo con un joven, tendrían que meterlos presos, hermana...".

Dentro suyo, Manuel pensaba que aquellas viejas no eran muy diferentes de las viejas locales.

"¡Por suerte tuvimos a Pinochet! Ese sí que era un hombre hecho y derecho..."

Y lo confirmó.

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